Uno de los grandes aprendizajes que nos ha dejado la desafortunada aparición de una repentina pandemia es que el modelo tradicional de trabajo necesita cambiar, necesita hacerse más flexible y adaptable a las diversas situaciones que puedan presentarse, siempre en pro de mantener la operatividad de los negocios y el bienestar de los colaboradores.
De acuerdo con el diario la República en su artículo: “La flexibilidad es un imperativo hoy”, las grandes empresas esperan reducir en 605 en promedio el uso de espacios para el próximo año, lo que significa dejar atrás las oficinas tradicionales y buscar opciones que les permitan crecer y decrecer a su ritmo sin necesidad de invertir en arriendos costosos.
Pero no solo eso, hoy las compañías también están buscando nuevas formas de combinar el trabajo, de lograr un modelo híbrido que les permita contar con modalidades de trabajo remoto y presencial a futuro. Todas estas situaciones han sido el escenario perfecto para que las oficinas flexibles o coworking sean una tendencia en aumento y que grandes empresas de 100, 200 o 1.000 personas, que nunca antes se imaginaron trabajar en un lugar que no fuera propio, hoy lo estén evaluando como una solución real.